En muchos de los casos, no lo tenemos.
Tenemos que mover cosas para poder instalarnos y trabajar de forma cómoda pero la zona de nuestro proyecto se convierte a menudo en un campo de batalla que tenemos que recoger y limpiar para volver a la normalidad.
Si pintamos en el exterior (balcón, jardín), tampoco podemos dejar los trastos sin recoger dejando que estén expuestos a la intemperie.
Aun así, merece la pena sacarlo todo y disfrutar pintando porque la satisfacción obtenida compensa la tarea de ordenar luego...!
Tampoco es fácil almacenar todos los materiales, sobretodo cuando tu afición se hace más importante ¡y continuas comprando más!
Intenta reservarte un mueble o un armario de la casa sólo para ello; te aliviará pensar que está todo "allí" cuando busques algo. Puedes colgar en el mueble una lista de lo que tienes en stock e ir tachando lo que vas gastando para llevar un mejor control.
Si no tienes un mueble donde almacenarlo todo, un carrito puede hacerte el apaño y lo aparcas donde no molesta en un sitio poco visible.
Cuando hayas pintado una cierta cantidad de muebles, es cuando la vas a necesitar y te digo porqué:
En fin, te vendrá bien en todos los aspectos y te animo al 100% en hacerte una!
Haz una muestra cada vez que compres un color y apunta su referencia; tienes un tutorial muy sencillo de cómo hacerte una pinchando aquí.
Si vas a utilizar productos sintéticos (disolventes, barnices, ceras...), es de lógica que tienes que trabajar fuera o en un habitáculo muy ventilado.
Si pintas con pintura acrílica (tiza, leche...), es aconsejable que lo hagas dentro. La pintura se seca rápido y puedes alterar tu trabajo si estás expuesto/a a la corriente.
Sin embargo, deja secar fuera si el tiempo lo permite. En verano, las ceras se ablandan y es preferible dejar secar tu mueble encerado en el interior.
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