Manejar brochas buenas no significa que debes comprar brochas ultra caras pero sí de una cierta calidad. Lo primero porque no vas a conseguir un resultado óptimo, lo segundo porque te vas a frustrar pensando que no pintas bien y lo último porque los pelos de tu brocha barata se van a despegar mientras pintas y no te va a durar.
Aun así, no la tires porque la puedes reciclar para otro uso; te lo explico más adelante.
Te aconsejo que compres tus brochas en tiendas de pintura, ferreterías o por supuesto en almacenes de bricolaje pero no te dejes tentar por los packs de promoción baratos porque a veces, lo barato sale caro...
En el apartado siguiente, te detallo las características de las que uso yo.
Muchas veces nos preguntamos qué es mejor: las brochas naturales de toda la vida, o las muy populares de pelo sintético que se venden por todas las tiendas? Por instinto, pensamos que lo natural es lo mejor, que es lo que siempre se ha utilizado y solemos elegir esa opción.
En lo que a pintura de tiza (chalk paint) o de leche (milk paint) se refiere, yo lo tengo claro cristalino: las sintéticas.
¿Por qué? Pues porque tanto una pintura como otra se desliza muchísimo mejor en el pelo sintético y es mucho menos trabajoso usarlas en cualquier superficie.
Sin embargo, para sellar la pintura, no utilizaría otra brocha que no fuera de cerdas naturales. La cera se almacena en la fibra y permite la infinita re-utilización de la brocha para este uso, sin tener que limpiarla tras cada uso. Lo ideal es tener una brocha con pelo natural para cada tinte de ceras; te explico más adelante cómo conseguirlo sin arruinarte.
Si conviertes tu afición por pintar en una pasión, vas a necesitar tener brochas y pinceles de casi todos los tamaños!
¿Por qué? Pues porque todos te sirven: los anchos para las superficies anchas, los medianos como estándar y los finos para poder llegar a los rincones complicados del mueble o para perfilar una zona específica...
Luego, te acostumbrarás a pintar con ciertos muebles con las mismas brochas o las mismas paletinas. Según qué objeto que pintar, sabrás por el tacto de los pelos cual te conviene mejor, etc.
Pero si estás empezando y no quieres agobiarte, te recomiendo una brocha ancha de 30 (de pelo sintético) y una paletina; te explico más adelante el uso que vas a tener con ella.
Ve por los rincones de tu casa y rebusca los posibles pinceles que tú o alguien de tu casa tiene guardados y re-utilízalos; todo sirve, ahora te digo cómo.
Son imprescindibles en tu kit de pintar muebles.
Son brochas planas que deslizan la pintura estupendamente, dejando las capas finas y muy bien extendidas.
Existen varios tamaños y, como explicaba en el apartado anterior, todos son necesarios según qué mueble y qué superficie vas a pintar.
El inconveniente: su precio... pero recuerda: lo barato sale caro al final y si mantienes un buen estado de limpieza como lo explico aquí, te van a durar años y habrá merecido la pena invertir en ellas.
Además, vas a conseguir unos trabajos de primera con los resultados que dan las paletinas!
Lo primero: ¡no los tires!
Son recuperables casi siempre así que aunque tengan mala pinta por ser muy usados y gastados, no te deshagas de ellos; intenta primero limpiarlos con aguarrás.
Si percibes al tacto que siguen teniendo flexibilidad en los pelos, te sirven por lo menos para los trabajos siguientes:
Las brochas:
Los pinceles:
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